"60.000 Marcos es lo que nos cuesta este discapacitado a lo largo de su vida. Este dinero es tambien vuestro”.



Este blog quiere ser un medio de información y sensibilización para todos los profesionales de la salud y cualquier persona interesada en los desmanes realizados por médicos y otros profesionales durante la era nazi.




sábado, 23 de diciembre de 2017

Visita a la exposición Auschwitz

El pasado 1 de diciembre se inauguró en las Salas del Canal en Madrid, la exposición Auschwitz. Se trata de una exposición patrocinada por el Museo de Auschwitz y que saca del campo por  primera vez más de 400 objetos reales.

Visitar la Exposición sobre Auschwitz es sumergirse en un hecho reciente de la Historia Europea que ha condicionado el mundo en el que vivimos.

Estas líneas no quieren ni pueden ser una guía a la exposición sino una serie de apuntes concretos  sobre una serie de historias y de objetos.

Fuera de la exposición hay un vagón de tren, similar al utilizado por los nazis para llevar a millones de personas a la muerte. Al lado del vagón el retrato de una niña. Se llamaba Settela Steibanch, uno de los rostros del Holocausto, una niña gitana deportada desde el campo de tránsito de Westerbork (Holanda) a Auschwitz.



Settela Steinbach

Al visitante al entrar en la muestra lo recibe una sala con un único zapato y restos de ruedas de trenes. ¿Por qué un zapato, por que unas ruedas de tren?


El zapato significa una de los millones de personas que pereció en el Holocausto. En el museo del campo de Auschwitz hay miles de zapatos. Pero, pensemos ¿de quién sería ese zapato? ¿Cómo era su vida, sus ilusiones, en que trabajaba, dónde vivía, como se podía llamar….? Probablemente impresione mas hacerse esas preguntas que ver pilas de miles de zapatos que intentan impresionar por la cantidad.

Y ¿por qué unas ruedas de tren? Sin los trenes, como símbolo de modernidad, el Holocausto no podría haber sido llevado a cabo.

Auschwitz está en el centro de Europa, pueden confluir allí las vías férreas que vienen de lugares tan alejados como Francia o Grecia. Era relativamente fácil trasladar a miles de personas desde los campos de concentración, guetos o campos de transito a los campos de la muerte.



Y ¿que fue Auschwitz? Auschwitz es el símbolo de la maldad humana, un campo de concentración, trabajo  y muerte. Un lugar dónde no sólo se exterminaba a judíos, gitanos y prisioneros de guerra en cámaras de gas sino mediante el trabajo forzado en la red de campos y subcampos que conformaba el gran complejo de Auschwitz. Buna Monowitz, uno de los campos, era una gran instalación petroquímica de las empresas IG Farben dónde se fabricaba gasolina y caucho sintético.



La exposición sigue un recorrido marcado por las secuelas de la I Guerra Mundial. Alemania sale de la guerra con una crisis moral, política, económica y social. La hiperinflación es explicada en la exposición con una serie de billetes de banco. Pensemos que una barra de pan valía 0,63 marcos en 1918 y que esa misma barra de pan término costando 201.000.000 millones de marcos en 1923. Desempleo, pobreza, crisis económica son situaciones en espera de un líder que arregle todos los problemas y de un enemigo común, de un chivo expiatorio, en este caso los judíos que para los nazis eran responsables de la mísera alemana y de todos los males de la Humanidad.

El odio se enseña, el odio era algo normal en la sociedad alemana de la época. Fruto de ese interés por enseñar a odiar se nos presenta en la exposición un juego de mesa llamado Juden Raus. El título no deja lugar a dudas (judíos fuera). Ganaba el juego quién conseguía expulsar a los judíos de Alemania y quedarse con sus bienes.



Pero no sólo se enseña a odiar jugando sino también leyendo y en la escuela. Al lado del Juden Raus hay un ejemplar del libro escolar El  Hongo Venenoso que contiene muchos estereotipos que ilustran a los jóvenes sobre lo que es bueno y lo que es malo, lo puro y lo impuro, y lo judío y lo ario.

El médico judio y la joven aria

Los que hemos tenido la ocasión de poder tener en nuestras manos estos libros hemos sentido una sensación difícil de explicar: libros para enseñar a odiar, juguetes para odiar. ¿Qué sentiría el maestro que comentara el libro con sus alumnos? ¿Y el padre, que jugaría con sus hijos a expulsar judíos?


Otro elemento que más adelante puede llamar la atención es la bata de un médico. ¿Por qué un médico nazi? Los médicos fueron el colectivo profesional alemán mas implicado en el nazismo  y en el Holocausto. Los médicos primero esterilizaron a las personas discapacitadas y posteriormente les asesinaron en cámaras de gas. George Renno, médico del centro de exterminio de enfermos de Hartheim, y dueño de la bata que se expone dice lo siguiente para justificar su colaboración en la matanza de los más débiles:

 “ No quisiera clasificar los hechos ocurridos en Hartheim con categorías como el Bien o el Mal, ya que éstas cambian a lo largo de la vida. No por el Bien o el Mal en sí, sino porque no está claro lo que es justo y lo que no lo es. En medicina las cosas cambian mucho; lo que hoy puede considerarse negativo mañana puede ser positivo. Yo personalmente tengo la conciencia tranquila. No me siento culpable como se sentiría la persona que dispara y mata a alguien. Después de haber visto morir a los enfermos tengo que decir que aquello no fue una tortura, sino más bien una liberación., aunque esto habría que afirmarlo con muchos matices. Se cometieron muchos errores, por supuesto, pero nunca hice nada intencionadamente que fuera en perjuicio de los enfermos… Estoy a punto de morir y de comenzar el viaje a la eternidad. Me siento tranquilo y relajado. No hay nada de lo que tenga que arrepentirme… No sentía nada en especial porque pensaba que la muerte era una liberación para ellos y porque el método elegido les deparaba una muerte dulce. Lo que más me incomodaba es que se hiciera en grupos de unas cuarenta personas. Yo hubiera considerado más adecuado introducir a dos o tres enfermos en la cámara de gas, y una vez que estuvieran cómodamente sentados o tumbados, hubiera introducido el gas letal para que murieran en paz”.


Se estima que Georg Renno entre 1.940-1.944, participó en la muerte de al menos 28.000 discapacitados.

Otros elementos de la exposición pueden parecer accesorios pero que son claves son los protocolos de la Conferencia de Wannsee. En ella se ultimaron los detalles logísticos del exterminio de los judíos europeos.

Un pequeño video de 1 minuto y 40 segundos sobre la matanza en Liepaja (Letonia) contiene unas de las imágenes más perturbadoras a las que se puede asistir y aunque duro es probablemente la única forma de representar otras del las fases del Holocausto, el así llamado Holocausto por balas.



En el video se ve la matanza a plena luz del día de un grupo de judíos por parte de alemanes, civiles y milicia local. Se pueden ver los tres actores del drama: victimas, perpetradores y testigos. Niños de pantalón corto asisten al asesinato como si de un espectáculo se tratara. Las imágenes ejemplifican la labor de los Einsatzgrüppen, tropas móviles que iban tras el ejército alemán limpiando el territorio de judíos y de opositores políticos. Se estima que con este sistema se eliminó en torno a 2 millones de judíos y de gitanos.

Pero ese sistema tenía varios problemas: poca distancia entre víctima y perpetrador y en palabras de Himmler no era un método humano ….para los perpetradores. Había que buscar métodos más humanos (para los verdugos), más rápidos y más baratos. Por ello se volvió la mirada a la matanza de los enfermos en las cámaras de gas y se aplicó el mismo sistema en los campos nazis de la muerte. Se trasladaba a las personas, se les decía que iban a recibir una ducha, se les asesinaba con Zyklon B (a diferencia de los enfermos que se les mataba con Monóxido de Carbono) y se quemaba sus restos en hornos crematorios.
Día y noche miles de personas eran llevadas a los campos de exterminio como Auschwitz y en el andén les recibía un médico, quien dictaminaba según el aspecto de la personas si podría ser útil como un trabajador esclavo o directamente era encaminado a la cámara de gas.

En la exposición se ve un par de botas negras, relucientes, una de las cosas que recuerdan los sobrevivientes. Para algunos fue prácticamente una de las últimas imágenes. Posiblemente las botas de un medico de las SS.




A la vez que algunos médicos y oficiales de las SS hacían esa selección otro grupo de los mismos verdugos a escasos 30 km de Auschwitz, en Solahutte,  se relajaba y descansaba de esa labor. Hay en la exposición una serie de fotos tomadas prácticamente en los mismos días que ilustran ese mundo sin sentido. A la vez que unos eran llevados a las cámaras de gas otros se relajaban, reían, cantaban o se ponían tristes porque se les había acabado una bandeja de grosellas. Algunos de los que aparecen en las fotos eran médicos de las SS. 






Es muy turbador ver lo que estaba sucediendo prácticamente a la vez.

Los médicos nazis en los campos no desempeñaban la función  de médicos. Los prisioneros no tuvieron ningún tipo de atención médica. La labor de los médicos consistía en la selección de personas para la cámara de gas y velar para que no aparecieran epidemias. Seleccionaban a barracones enteros de prisioneros para ser asesinados y así parar la extensión de enfermedades contagiosas. Algunos médicos utilizaron a los prisioneros para crueles experimentos médicos. 

En la exposición se ven algunos retratos de los mismos así como una camilla ginecológica y una serie de instrumentos quirúrgicos que no fueron utilizados para hacer el bien sino para procurar dolor y sufrimiento.



Y los objetos cotidianos: brochas, peines, objetos de tocador, menaje de cocina, maletas. Se les decía que iban a ser llevados hacia el Este a trabajar y que sólo cogieran 25 kg. ¿que meteríamos nosotros en una maleta de 25 kg? Algún libro, fotografías de nuestros seres queridos....cada objeto nos cuenta una historia y nos habla de una persona, de 6 millones de veces una persona.



El último panel de la exposición contiene información sobre los republicanos españoles deportados a los campos nazis. Hubo españoles en todos los campos nazis, aunque el más conocido sea el de Mauthausen. No olvidemos que los campos nazis son también parte de nuestra historia como españoles y como europeos. Es un tema que ha de ser conocido en toda España. 10000 españoles piden que se les recuerde como víctimas del nazismo, del Holocausto y del abandono de su propio país que en 1940, ya bajo la dictadura de Franco, quien dijo que no había españoles fuera de España, y así les llevó a la muerte.

FELICIANA PINTOS NAVAS.
 (El Barraco Avila, 1914-¿1996)
Sobreviviente de Auschwitz, Ravensbruck y Mauthausen

No hay en la exposición ni una sola imagen de cadáveres. Esa no es la forma de enseñar ni de aprender sobre el Holocausto. A esas personas no les gustaría que se les recordara como algo sin vida, sino como lo que eran: seres humanos como nosotros, con deseo de ser felices, de reír, de trabajar y de amar.

El visitante es despedido con un audiovisual que a buen seguro provocará alguna lágrima y en el que se ven a familias judías y gitanas; pobres, ricas, religiosas y no religiosas, que vivían en el campo o en las ciudades, gente como tú y como yo, que tenían una vida, que querían seguir con la vida y que la intolerancia, los prejuicios y sobre todo la indiferencia no se lo permitió. El titulo del audiovisual no deja lugar a dudas: “Lo que se perdió”. 

Te están diciendo: eres como nosotros, mira lo que nos pasó y que también a tí te puede pasar si triunfa el odio y todas las intolerancias, el odio al otro al diferente ya sea gitano, judio, musulmán, emigrante, pobre, enfermo, anciano, alto, bajo, sordo, ciego...

«Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle, 
Al acostaros, al levantaros; 
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite, 
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro...». Primo Levi
"Sucedió, y por tanto puede volver a suceder" Primo Levi






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